Muchas personas no saben escuchar a los demás. Esas personas no pueden atender reclamaciones ni vender.
Tener escucha activa es básicamente una disposición psicológica, un concentrarse en lo que el cliente, enfadado o no, nos dice. Es un esfuerzo físico y mental.
Por tanto, podemos citar los siguientes elementos a evitar:
- No distraernos
- No interrumpir al que habla
- No juzgar
- No ofrecer soluciones prematuras
- No quitar importancia al enfado o sentimiento del otro.
- No contar tu historia cuando el otro necesita hablarte
- No digas “yo también”
- No caigas en el síndrome del experto (no necesita escuchar para proponer solución)