Para atender a un cliente enfadado es imprescindible tener inteligencia emocional. Por esto, en las selecciones de personal se suele poner a los candidatos en situaciones incómodas o difíciles para ver su reacción.
La inteligencia emocional es buena para nuestro trabajo como vendedores, y también para nuestra vida en general porque:
- Nos aporta equilibrio, bienestar psicológico, y personalidad estable.
- Contribuye a nuestra salud física y mental, al prevenirnos de enfermedades producidas por desequilibrios emocionales permanentes como angustia, miedo, ansiedad, ira, irritabilidad,etc.
- Nos capacita para relacionarnos con familiares, compañeros de trabajo, y todo tipo de gente en general.